Para comenzar el mes de Junio, en el que nos centraremos principalmente en los errores que se producen con la Nutrición, contamos con un colaborador de lujo en "Stop Errores". J. Javier Arenas, farmacéutico adjunto en el Hospital Costa del Sol de Marbella y próximo Doctor en Farmacia, nos habla acerca de errores en la Nutrición Parenteral en Neonatos y nos cuenta su experiencia en la implantación de un programa para la reducción de errores en su elaboración y validación.
Sabemos el enorme esfuerzo que has hecho para realizar esta entrada por lo que agradecemos enormemente tu colaboración y esperamos contar contigo en próximas ocasiones. A continuación os dejamos con su post:
Evitando errores en la NPT en neonatos
Nadie duda, o debería de dudar,
que la nutrición parenteral (NP) es un
medicamento de alto riesgo (no es que lo diga yo, ya lo dejó bien claro el
ISMP en el boletín
de Junio de 2008 (Disponible en www.ismp-espana.org).
Pero si añadimos al asunto que la
NP está destinada a un neonato ese riesgo se vuelve mayor ya que los neonatos
son una población más vulnerable,
especialmente los que reciben NP por presentar alguna complicación grave al
nacer o por prematuridad.
El proceso de preparación de las
NP neonatales inicia con la prescripción médica (modificada normalmente casi a
diario), continúa con la transcripción de esa orden según el peso del recién
nacido (también cambiante) y termina con
una compleja elaboración en campana dado el elevado número de componentes de la mezcla.
Es un proceso que a nosotros nos
da un poco de "yuyu". Los
errores están siempre ahí, pero a veces es difícil detectarlos. Nos pareció que,
como ya he comentado, los neonatos eran una población de pacientes demasiado
frágil como para confiar
"solo" en nuestra buena praxis
por lo que un día decidimos analizar todo el proceso que englobaba a la NP
neonatal, desde que el médico iniciaba las prescripción por la mañana hasta que
la enfermera iniciaba la administración a última hora de la tarde.
Para ello planteamos la
realización de un AMFE (Análisis
Modal de Fallos y Efectos), en inglés FMEA
(https://www.ismp.org/tools/FMEA.asp). No quiero ponerme muy pesado entrando en
detalles la primera vez que me invitan a participar en este blog (quiero que me
sigan invitando), así que solo diré que es un método de detección de errores
proactivo que nos permitió, valga la redundancia, a priori y mediante un super "brainstorming" analizar todo el citado proceso y elaborar una
lista de posibles errores que podían ocurrir (se nos venían a la mente cosas lógicas, pero también auténticas ideas descabelladas que no hay que desechar
nunca y analizar con calma después), para luego, siguiendo la metodología,
analizar dicha lista y ver los puntos calientes en los que instaurar algún plan
de mejora.
Resultado del AMFE fue lo que
nosotros llamamos cariñosamente "el
Check-list (de neonatos)". Consta de dos partes, a rellenar por dos
farmacéuticos diferentes, en las que se realizan una serie de preguntas
para que nosotros mismos revisemos si lo
hemos hecho bien (o no). Me voy a
explicar mejor, pero aprovecho para dejaros aquí (http://bit.ly/1dH3mU5)
el enlace al Check-list incluido como figura en este artículo del ASHP.
La primera parte del Check-list
la realiza el farmacéutico que valida la prescripción y posteriormente transcribe
la orden al soporte informático y ajusta los componentes para evitar
inestabilidades. De acuerdo con unos límites establecidos previamente con el servicio de pediatría, el farmacéutico
confirma que la petición cumple esos criterios mediante preguntas como "¿el aporte de lípidos se encuentra en
un rango entre 0 y 4 g/kg?"; y confirma también los datos del
paciente, además de nombre y número de historia con preguntas como "¿El peso del paciente de hoy concuerda
con el del día anterior?" (Esta
pregunta nos gusta mucho porque para identificar estos pacientes a veces es
difícil, sobre todo si son gemelares con números de historia correlativos y
encima la madre está indecisa y no les ha puesto nombre y los pobrecitos se
llaman Gemelar 1 y Gemelar2).
El segundo farmacéutico deberá responder a las mismas preguntas que
el farmacéutico anterior, pero esta vez cotejando la orden del médico con la
hoja de preparación ya transcrita y que el primer farmacéutico usará durante la
elaboración. Ay cuántos errores hemos pillado en estos años...! cada vez que
nos pasa pensamos cómo sería la vida sin el Check-list: una ruleta de la muerte.
Si el segundo farmacéutico detecta un fallo la parenteral se corrige y
se vuelve a pasar el Check-list, y esto se hace porque a veces cuando
arreglamos una cosa, fastidiamos otra.
Al final de la segunda parte,
además, existe una batería de preguntas a rellenar por el técnico y por el
primer farmacéutico para confirmar que
la preparación de los viales para la elaboración la ha hecho una persona diferente
a la que después elaborará la NP, para que exista un doble chequeo y, así, evitar
errores "look-alike".
Me podría haber extendido
muchísimo más en pormenorizar el contenido del Check-list pero os animo a
conocerlo vosotros mismos. También os animo a conocer la metodología AMFE y a
que la apliquéis en aquellos procesos, cualesquiera que sean, de la farmacia
donde por su complejidad o peligrosidad veáis un riesgo para el paciente.
J. Javier Arenas Villafranca
Farmacéutico Adjunto
Hospital Costa del Sol (Marbella)