lunes, 1 de junio de 2015

Evitando errores en la NPT en Neonatos

Para comenzar el mes de Junio, en el que nos centraremos principalmente en los errores  que se producen con la Nutrición,  contamos con un colaborador de lujo en "Stop Errores". J. Javier Arenas, farmacéutico adjunto en el Hospital Costa del Sol de Marbella y próximo Doctor en Farmacia, nos habla acerca de errores en la Nutrición Parenteral en Neonatos y nos cuenta su experiencia en la implantación de un programa para la reducción de errores en su elaboración y validación.
Sabemos el enorme esfuerzo que has hecho para realizar esta entrada por lo que agradecemos enormemente tu colaboración y esperamos contar contigo en próximas ocasiones. A continuación os dejamos con su post:


Evitando errores en la NPT en neonatos

Nadie duda, o debería de dudar, que la nutrición parenteral (NP) es un medicamento de alto riesgo (no es que lo diga yo, ya lo dejó bien claro el ISMP en el boletín de Junio de 2008 (Disponible en www.ismp-espana.org).
Pero si añadimos al asunto que la NP está destinada a un neonato ese riesgo se vuelve mayor ya que los neonatos son una población más vulnerable, especialmente los que reciben NP por presentar alguna complicación grave al nacer o por prematuridad.



El proceso de preparación de las NP neonatales inicia con la prescripción médica (modificada normalmente casi a diario), continúa con la transcripción de esa orden según el peso del recién nacido (también cambiante) y  termina con una compleja elaboración en campana dado el elevado número de componentes de la mezcla.
Es un proceso que a nosotros nos da un poco de "yuyu". Los errores están siempre ahí, pero a veces es difícil detectarlos. Nos pareció que, como ya he comentado, los neonatos eran una población de pacientes demasiado frágil como para confiar "solo" en nuestra buena praxis por lo que un día decidimos analizar todo el proceso que englobaba a la NP neonatal, desde que el médico iniciaba las prescripción por la mañana hasta que la enfermera iniciaba la administración a última hora de la tarde.

Para ello planteamos la realización de un AMFE (Análisis Modal de Fallos y Efectos)en  inglés FMEA (https://www.ismp.org/tools/FMEA.asp). No quiero ponerme muy pesado entrando en detalles la primera vez que me invitan a participar en este blog (quiero que me sigan invitando), así que solo diré que es un método de detección de errores proactivo que nos permitió, valga la redundancia, a priori y mediante un super "brainstorming" analizar todo el citado proceso y elaborar una lista de posibles errores que podían ocurrir (se nos venían a la mente cosas lógicas, pero también auténticas ideas descabelladas que no hay que desechar nunca y analizar con calma después), para luego, siguiendo la metodología, analizar dicha lista y ver los puntos calientes en los que instaurar algún plan de mejora.

Resultado del AMFE fue lo que nosotros llamamos cariñosamente "el Check-list (de neonatos)". Consta de dos partes, a rellenar por dos farmacéuticos diferentes, en las que se realizan una serie de preguntas para que  nosotros mismos revisemos si lo hemos hecho bien (o no). Me voy a explicar mejor, pero aprovecho para dejaros aquí (http://bit.ly/1dH3mU5) el enlace al Check-list incluido como figura en este artículo del ASHP.



La primera parte del Check-list la realiza el farmacéutico que valida la prescripción y posteriormente transcribe la orden al soporte informático y ajusta los componentes para evitar inestabilidades. De acuerdo con unos límites establecidos previamente con el servicio de pediatría, el farmacéutico confirma que la petición cumple esos criterios mediante preguntas como "¿el aporte de lípidos se encuentra en un rango entre 0 y 4 g/kg?"; y confirma también los datos del paciente, además de nombre y número de historia con preguntas como "¿El peso del paciente de hoy concuerda con el del día anterior?" (Esta pregunta nos gusta mucho porque para identificar estos pacientes a veces es difícil, sobre todo si son gemelares con números de historia correlativos y encima la madre está indecisa y no les ha puesto nombre y los pobrecitos se llaman Gemelar 1 y Gemelar2).
El segundo farmacéutico deberá responder a las mismas preguntas que el farmacéutico anterior, pero esta vez cotejando la orden del médico con la hoja de preparación ya transcrita y que el primer farmacéutico usará durante la elaboración. Ay cuántos errores hemos pillado en estos años...! cada vez que nos pasa pensamos cómo sería la vida sin el Check-list: una ruleta de la muerte.
Si el segundo farmacéutico detecta un fallo la parenteral se corrige y se vuelve a pasar el Check-list, y esto se hace porque a veces cuando arreglamos una cosa, fastidiamos otra.
Al final de la segunda parte, además, existe una batería de preguntas a rellenar por el técnico y por el primer farmacéutico para confirmar que la preparación de los viales para la elaboración la ha hecho una persona diferente a la que después elaborará la NP, para que exista un doble chequeo y, así, evitar errores "look-alike".

Me podría haber extendido muchísimo más en pormenorizar el contenido del Check-list pero os animo a conocerlo vosotros mismos. También os animo a conocer la metodología AMFE y a que la apliquéis en aquellos procesos, cualesquiera que sean, de la farmacia donde por su complejidad o peligrosidad veáis un riesgo para el paciente.



J. Javier Arenas Villafranca
Farmacéutico Adjunto
Hospital Costa del Sol (Marbella)

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