jueves, 31 de octubre de 2013

Error grave con PROSTAGLANDINAS @pfizer_spain @AEMPSGOB


Hoy variamos un poco la temática de las entradas y vamos a contar
un caso real de un error de medicación en cadena que viví en primera
persona, el cual  afortunadamente no llego al paciente, pero que en cuyo caso podría haber tenido consecuencias fatales.

Ocurrió un día de guardia hace ya unos meses. Revisando las dispensaciones observamos que se había dispensado el siguiente medicamento:


Como  se aprecia en la foto, la prescripción invita a la equivocación ya que no especifica la Prostaglandina a la que se refiere ni la vía de administración,  aunque  si  indica la dosis y el vial a dispensar (que son erróneos).

Al  comprobar que el medicamento era para una paciente de 22 días saltaron las alarmas y preguntamos a la auxiliar de farmacia cual de las 2 prostaglandinas había sido dispensada:



La auxiliar nos señaló que dispensó  el vial de PROSTAGLANDINA E2 (Dinoprostona EV). Inmediatamente hablamos con el enfermero responsable de la paciente y por suerte todavía no le había administrado el medicamento.

Como recordatorio rápido decir que la Prostaglandina E2 o Dinoprostona por vía  endovenosa se utiliza como oxitócico en casos de abortos tardíos, muerte fetal intrauterina y mola hidatiforme.  Al ser un estimulante del músculo liso, uno de los efectos adversos esperables de la sobredosificación con Dinoprostona son las alteraciones cardiovasculares, pudiendo llegar a producir para cardíaca y muerte fetal.

Evidentemente la prescripción se refería al Alprostadilo (que es químicamente  la Prostaglandina E1), usado en neonatología para mantener abierto el ductus arteriosus previo a cirugía.


Fueron varios los factores desencadenantes de esta serie de errores:

- Orden verbal del médico al enfermero para que le administrara "Prostaglandina".
-  Equivocación del enfermero al transcribir la orden tras mirar el Medimecum buscando a lo que se refería el médico.
- Desconocimiento por parte de la auxiliar de farmacia de que coexistían 2 prostaglandinas diferentes y no consultar la dispensación con un farmacéutico.

Aunque el material de acondicionamiento es similar en ambos medicamentos, en este caso no fue el  motivo del error. En cualquier caso, y para evitar futuros incidentes convendría una mayor diferenciación entre los envases, además de algún cambio en la denominación  del nombre comercial y/o del principio activo, en aras de una mayor homogeneidad.

Como anécdota, decir que tras éste incidente hicimos varios simulacros de dispensación, donde demostramos que todos los auxiliares hubieran dispensado el fármaco erróneo. A continuación se dio la formación correspondiente y se pusieron carteles informando del riesgo de confusión.



Para concluir, y barriendo un poco para casa,  cabe destacar el papel que tenemos los Farmacéuticos de Hospital en cuanto a la prevención y detección de errores de medicación, así como en su comunicación a otros profesionales que están día a día en contacto con medicamentos.

Agradecemos enormemente la difusión de esta entrada con el fin de que llegue a la mayor cantidad de profesionales sanitarios posible y evitar así otro incidente similar.










viernes, 4 de octubre de 2013

Errores en el paciente polimedicado (@AEMPSGOB #Normon)



Uno de los grandes problemas a los que nos enfrentamos cuando hablamos de errores de medicación son los que se producen en el paciente polimedicado.
El paciente polimedicado es un paciente que toma varios fármacos (4 o más) durante un período de tiempo prolongado (Más de 6 meses). Estos pacientes suelen ser pacientes ancianos que toman un número considerable de fármacos ó pacientes con varias comorbilidades. Debido al progresivo envejecimiento de la población, cada vez tenemos más pacientes ancianos polimedicados por lo que hemos de prestar especial atención a la farmacoterapia de estos pacientes.
Cuando el número de fármacos prescritos es elevado, el riesgo de que se produzcan errores en la administración aumenta exponencialmente al número de fármacos pautados. Es por ello que es tremendamente importante que el paciente sea capaz de diferenciar cada fármaco correctamente. El gran problema surge cuando al paciente le son prescritos fármacos cuyo cartonaje es idéntico. Esta situación se ha visto acrecentada por el aumento de  medicamentos genéricos en el mercado farmacéutico. Los laboratorios que los comercializan suelen disminuir costes de producción utilizando el mismo cartonaje para varios fármacos y únicamente cambian los datos correspondientes a la identificación del fármaco.
Debido a la gran cantidad de medicación que llevan prescrita estos pacientes, es habitual que en la oficina de farmacia se le puedan dispensar fármacos del mismo laboratorio fabricante. Nos encontramos entonces con situaciones como  el ejemplo de los fármacos de la foto (enviada por @SisaCampo). En este caso Torasemida y  Losartán del laboratorio Normon, tienen idéntico envase. Estos dos fármacos pueden ser perfectamente prescritos para el mismo paciente para la indicación de hipertensión arterial o insuficiencia cardíaca pudiendo producirse errores  en las pautas posológicas y en la toma adecuada de las dosis prescritas y por tanto, la no consecución del objetivo terapéutico.  Si nos fijamos en la foto, la línea de productos del laboratorio Normon sigue un mismo patrón siendo los envases muy parecidos entre sí pudiendo dar lugar a numerosas confusiones.

En estas situaciones juega un papel clave el farmacéutico comunitario, que realizando una atención farmacéutica de calidad e intentando, siempre que sea posible, seleccionar en la dispensación los fármacos que mejor puedan ser identificados en cada paciente puede intentar disminuir este tipo de errores. Esto no siempre es posible debido a que los criterios de selección de los fármacos  dependen en gran medida de las ofertas que realizan los laboratorios a las farmacias y además, la dispensación de uno u otro está supeditada a los precios de referencia establecidos. Cuando no puede actuarse sobre la selección del fármaco, otras medidas como la elaboración de cuadros de medicación o instruir al paciente en la elaboración de pastilleros pueden ayudar a disminuir este tipo de errores.
Otro de los problemas que aparecen  habitualmente en el paciente polimedicado es la prescripción del mismo principio activo por parte de distintos facultativos produciéndose así duplicidades en la medicación.  En 2011, la Sociedad de Medicina de Familia y Comunitaria, junto con la Federación de Asociaciones de Enfermería Comunitaria y Atención Primaria (FAECAP) y la Sociedad Española de Calidad Asistencial (SECA) realizaron un manifiesto, por el cual reclamaban a la administración la necesidad de implantar lo que denominan “isoapariencia” de los medicamentos, es decir, que los medicamentos que contengan un mismo principio activo, deben tener una apariencia común.  Con el lema “Si son iguales, que parezcan iguales”, proponían a las autoridades que para el mismo principio activo, en todas sus presentaciones comercializadas, una de las caras del envase esté estandarizada y en ella se indiquen únicamente el nombre del principio activo, la dosis, el número de dosis y la forma farmacéutica. El resto del envase podría individualizarse por el laboratorio que lo comercializa. De esa forma, el paciente sería capaz de apreciar que se trata del mismo fármaco y evitar así duplicidades.
Recientemente,  varios profesionales sanitarios  han puesto en marcha el proyecto “Polimedicados 2.0”. El proyecto nace como un proyecto de conciliación de medicación durante el ingreso hospitalario en el que participan todos los profesionales implicados en la farmacoterapia del paciente y que pretende no quedarse sólo en el ámbito del hospital sino que aboga por una colaboración entre farmacéuticos de hospital y comunitarios con el objetivo de mejorar la calidad en  la atención farmacéutica que reciben estos pacientes y mejorar su farmacoterapia. Para ello ponen a disposición de los profesionales y de los propios pacientes, herramientas como la elaboración de cuadros de medicación, vídeos y folletos informativos, así como información tanto en el blog como en las distintas redes sociales donde se han desplegado (Facebook, Twitter, blog, etc).
Este tipo de proyectos colaborativos que hemos comentado, deberían extenderse a todos los ámbitos sanitarios ya que la colaboración entre los distintos profesionales es fundamental para obtener el máximo beneficio y calidad en la farmacoterapia de un paciente ya que es éste el fin común por el que todos trabajamos día a día.